miércoles, 12 de noviembre de 2008

AÑORANZA.... Desde Valduvieco a Buenos Aires





Nació un 14 de diciembre de 1926 en Valduvieco y a los dos años sus padres se vieron obligados a partir cruzando "el charco" buscando un futuro mejor. Siendo tan niño no tiene recuerdos propios, pero sí que no ha dejado de pensar en que algún día podría regresar y conocerlo. Lo ha sentido y añorado a través de los que hace tanto tiempo partieron con el corazón atrapado en este pequeño pueblo. Añoranza de la tierra que lo vió nacer y ansias de conocer a su familia española le empujaron a dar el salto y emprender el viaje en un emotivo encuentro con sus raíces, muy de dentro...

Se llama TOMÁS GONZÁLEZ PASTRANA y exhibe orgulloso una réplica de su acta de nacimiento que en nombre del Ayuntamiento le entregamos Eladio (Teniente Alcalde) y yo, con motivo de su visita a finales de septiembre. Dicharachero, alegre, inquieto y extremadamente ágil a pesar de su edad, nos sorprendió a todos con su verborrea y su ingenio. Tiene acento argentino, pero no en exceso.... !se le nota que nació en el pueblo!

Tuve ocasión de conocerle en la recepción que se ofreció a los 20 argentinos que viajaron a sus lugares de origen, gracias al programa "Añoranza" que financia la Diputación de León, y puedo decir que a pesar de que tenía mis reticencias a este programa, después de esta experiencia ya no las tengo. Después de ver las caras de satisfacción,la alegría de los participantes y el agradecimiento tan sincero que demuestran, creo que merece la pena brindar este regalo a aquellos que sin quererlo, fueron víctimas de una situación difícil que todos comprendemos. Espero que aprendamos a tratar con respeto a aquellos que hoy vienen a nuestra tierra en la misma situación en la que otros lo hicieron.

Un abrazo muy fuerte desde aquí a Tomás, a su esposa e hija que no pudieron acompañarle, a su sobrina Mari Cruz y a toda su familia de Valduvieco, que le acogieron y mimaron como a uno más de ellos. Entre todos consiguieron que Tomás cumpliese su sueño y que añore, si puede, un poquito menos a su pueblo.

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