lunes, 16 de agosto de 2010

Otros caminos

Ayer domingo día 15 nos levantamos con una sorpresa en la prensa escrita, y es el Camino Vadiviense. El artículo se puede leer en el siguiente aquí,pero os lo reproducimos en su totalidad para vuestro disfrute.

Hay otros caminos

El Camino Vadiniense conduce a los peregrinos entre Portilla de la Reina y Mansilla de las Mulas hasta Compostela, en un recorrido poco frecuentado aunque muy rico desde el punto de vista patrimonial

Carmen Viñas
15/08/2010


Las caudalosas y frescas aguas del río Esla marcan el Camino Vadiniense en tierras de Castilla y León, una ruta a Santiago de Compostela que se remonta a principios de la Edad Media y llega hasta nuestros días. Entre Portilla de la Reina y Mansilla de las Mulas, el peregrino se enfrenta a un recorrido de relativa sencillez, gran belleza paisajística con tramos de montaña y ribera, y un rico patrimonio monumental.

El desconocimiento de esta ruta, que intentan relanzar no pocos municipios junto a la Asociación de Amigos del Camino de Santiago Ruta Vadiniense, hace que la tranquilidad sea absoluta. “Tiene muchísimos atractivos. Primero que pasa por la montaña, no tiene la aridez de la meseta de ese mal llamado ‘Camino de Santiago’, que es el Camino francés, porque caminos hay tantos como peregrinos”, defiende José Fernández Arenas, presidente de dicha asociación y uno de sus investigadores.

Como contrapartida, solo existe un albergue de peregrinos en Cistierna, aunque se encuentra muy bien equipado. En Gradefes, ya cerca de la meta de Mansilla, el Ayuntamiento está construyendo otro que espera abrir el próximo agosto.

El Camino Vadiniense era utilizado por las gentes del norte de la península, así como por quienes entraban a España por Hendaya dispuestos a llegar a Santiago, previo paso por Liébana. En su centro administrativo, la ciudad de Potes, veneraban una de las reliquias más importantes de la Edad Media, el ‘Lignum Crucis’ o trozo de la Cruz de Cristo. Después, seguían camino para enlazar con el Camino Francés en Mansilla de las Mulas a través de 134 kilómetros repletos de sorpresas medio ambientales y patrimoniales.

Sor Dolores en el Monasterio de Nuestra Señora de Gradefes (León), localidad perteneciente al Camino Vadiniense que conduce a los peregrinos por el norte de España hasta Compostela. (Foto: Miriam Chacón)

“No existe mucha documentación escrita que hable de este camino, aunque sí hay constancia de su antigüedad y uso, conocida por la tradición oral y los recuerdos documentales y monumentales que existen”, explica Fernández Arenas. El también catedrático emérito de Arte de la Universidad de Barcelona señala que “por todos los sitios pasaban peregrinos, era un reguero tremendo de gentes que venían de Asturias, de Cantabria, Álava, de Vitoria, y se escondían entre las montañas por temor a las incursiones musulmanas”.

Precisamente la ruta se adentra en Castilla y León a través del Parque Natural de Picos de Europa, donde el peregrino recorrerá una serie municipios de idéntico apellido (‘de la Reina’), de larga tradición ganadera y abundante fauna como Portilla, Barniedo, Espejos y Villafrea, hasta llegar a Boca de Huérgano.

Portilla de la Reina supone la entrada a la montaña leonesa y en ella destaca la capilla de ‘La Virgen Peregrina’, una imagen nueva que sustituyó a la antigua románica, actualmente en el Museo Diocesano de León. En Villafrea, por su parte, la iglesia de San Cipriano conserva una imagen de ‘Santiago Matamoros’, recuerdo de la devoción jacobea por estos lares.



Monasterio de Nuestra Señora de Gradefes (León), localidad perteneciente al Camino Vadiniense que conduce a los peregrinos por el norte de España hasta Compostela. (Foto: Miriam Chacón)

Un paisaje espectacular

Hasta Riaño, el paisaje es espectacular. Del antiguo municipio queda el recuerdo de la desaparecida iglesia de Santiago y su hospital de peregrinos. Y en el nuevo, se pueden ver las lápidas funerarias de los vadinienses, los primigenios moradores de aquellas tierras que se establecieron en castros inaccesibles para los invasores romanos y musulmanes.

En el peregrinar hacia Cistierna, el caminante deberá recorrer 32 kilómetros, que los menos avezados pueden dividir en dos jornadas. La veintena de pueblos por los que cruza conforman un mosaico medioambiental de gran disfrute en el que conviven hayas, robles, sabinas, choperas, acebos y algunos tejos a través de caminos por las montañas cortadas sobre el río o por antiguas calzadas romanas. Carende, Horcadas, las Salas, Crémenes, Villayandre, Valdore, Verdiago y hasta llegar a Aleje, donde encontramos un ‘Santiago matamoros’ rematando el colorista retablo de su iglesia. También se puede acercar el peregrino hasta Fuentes de Peñacorada, donde guardan un ‘Santiago peregrino’ que procesionan vestido de dulces y flores cada año.

Monasterio de Nuestra Señora de Gradefes (León), localidad perteneciente al Camino Vadiniense que conduce a los peregrinos por el norte de España hasta Compostela. (Foto: Miriam Chacón)

Iglesia de Carvajal que conserva una talla de la Virgen Peregrina. Esta localidad leonesa perteneciente al Camino Vadiniense que conduce a los peregrinos por el norte de España hasta Compostela. (Foto: Miriam Chacón)

Imagen de la localidad de Gradefes. (Foto: Miriam Chacón)

Monasterio de Nuestra Señora de Gradefes (León), localidad perteneciente al Camino Vadiniense que conduce a los peregrinos por el norte de España hasta Compostela. (Foto: Miriam Chacón)

En Cistierna, límite entre la montaña y la ribera, se encuentra el albergue de ‘San Guillermo’ el único existente en toda la ruta. Se trata de un centro muy cuidado, con capacidad para 15 personas distribuidas en seis habitaciones, que gestiona la Asociación de Amigos de la Ruta Vadiniense.

Allí colabora como hospitalero José Manuel, que nos recibe en el Ayuntamiento, donde trabaja. “El paisaje y la tranquilidad es lo más destacado de este camino, y precisamente lo que buscan los peregrinos”, afirma. La mayoría de sus usuarios son nacionales “que se enteran de la ruta por internet”.

Dos rutas hasta Gradefes

Desde Cistierna se alcanza Sorriba, y a partir de este municipio hasta Gradefes existen dos rutas diferentes, según se opte por las orillas derecha o izquierda del río. Ambos itinerarios tienen similar distancia en kilómetros: unos 23.

Por el margen derecho encontramos pueblos que se remontan a los siglos VII, IX y X. Los hórreos han dado paso a los palomares. En Santibáñez de Rueda hubo un hospital o casa de recogida de pobres y peregrinos, pero no queda más que el documento que lo certifica y el recuerdo. Un kilómetro antes de entrar en Carvajal, a la derecha, una pequeña ermita recuerda el lugar donde estuvo la más antigua y grande dedicada a la Virgen Peregrina.

La iglesia del municipio conserva una talla de dicha Virgen, vestida de ricos mantos decorados con conchas, aunque fue imposible fotografiarla para la realización de este reportaje dada la negativa del párroco. Otras huellas jacobeas son el ‘Santiago Matamoros’ que se conserva en la iglesia de Villanófar.

José Manuel, hospitalero del albergue de Cistierna (León), localidad perteneciente al Camino Vadiniense que conduce a los peregrinos por el norte de España hasta Compostela. (Foto: Miriam Chacón)

Imagen de la localidad de Riaño. (Foto: Miriam Chacón)

José Fernández Arenas, investigador de la Ruta Vadiniense. (Foto: Miriam Chacón)

Por la margen izquierda del Esla, los municipios que conservan huellas peregrinas son Villapadierna, donde su iglesia de San Cipriano guarda un cuadro y una figura dedicados a ‘Santiago Matamoros’ y ‘Santiago peregrino’, y Palacios de Rueda, en la que la senda que pasa por detrás de la iglesia se denomina ‘Camino de Santiago’.

La meta en ambos casos es Gradefes, que recibe al peregrino con su impresionante monasterio, preludio de una última etapa la Ruta Vadiniense rica en monumentos. “En esta zona pequeña en extensión se condensa la mayor parte del patrimonio de la provincia de León. Solo en Gradefes hay cuatro BIC (Bien de Interés Cultural)”, explica la alcaldesa de la villa, Ana Isabel Ferreras, quien inaugurará en unos meses el primer albergue del municipio.

En un edificio municipal se situará el centro, con capacidad para 12 personas, sala de estar y cocina, y en su rehabilitación ha participado la Consejería de Cultura y Turismo, aportando un 70 por ciento de la obra. Ferreras asegura que “era fundamental brindar a los peregrinos la posibilidad de pernoctar aquí”.

“Se van a sorprender, nadie se imagina lo que puede encontrar aquí”, garantiza la alcaldesa. Y no anda desencaminada, pues solo el Monasterio de Nuestra Señora de Gradefes, fundado en 1168 como cenobio cisterciense, es visita imprescindible. De él impresiona la iglesia, con una girola “única en el monacato femenino”, según marcan los libros de historia. Otro lugar señalado es su sala capitular.

Monasterio de San Miguel de Escalada. (Foto: Miriam Chacón)

Último tramo hasta Mansilla

Gradefes es el centro administrativo de 19 pueblos, que conforman la mancomunidad de Ribera del Esla. Hacia el Sur y en dirección a Mansillas se pasa por algunos que tienen como interés la existencia de monasterios que han configurado la historia de esta comarca, como el de San Miguel de la Escalada.

“Hay que tener en cuenta que esta zona está muy identificada con los beatos de Liébana, porque los monjes bajaban con las copias de beatos. Aquí tenemos el Beato de Escalada, que se hizo en el Monasterio de San Miguel de Escalada”. Del monasterio, catalogado como BIC, se conserva la iglesia mozárabe de bellas columnas de mármol y una torre románica.

También merecen una visita el monasterio de San Pedro en Santa Olaja de Eslonza, y la ‘antigua ciudad de Lancia’, en Villasabariego (BIC), con asentamientos prehistóricos de la Edad de Bronce.

El viaje toca a su fin. No quedarán defraudados quienes pisen estas tierras, pues la Ruta Vadiniense reserva un cúmulo de sorpresas, hallazgos patrimoniales, paisajísticos y jacobeos. La Tumba del Apóstol queda a 328 kilómetros.

Monasterio de San Miguel de Escalada. (Foto: Miriam Chacón)

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